Siempre puedes pasar tus vacaciones en el Mediterráneo. Claro que hay otros mares y países, pero España está más cerca, tanto literal como figurativamente. Volar de Europa a las islas asiáticas es largo y caro; por ejemplo, a Alicante se llega en un par de horas y por poco dinero. Y ahora, en cualquier momento, puedes ir al mar durante una semana y descansar en tu propio apartamento sin problemas de elección, registro, imprevistos de fuerza mayor ni otras ventajas de la reserva, y sin tener que cargar con una maleta enorme llena de cosas incomprensibles. Tus chanclas y pantalones cortos favoritos ya te esperan en casa, en España. Y aunque la gente a tu alrededor también hable un idioma incomprensible, nadie te juzgará por llevar falda corta, por tu gusto por un jugoso trozo de cerdo o por tus ganas de tomarte una copa de vino o una cerveza por la noche. Sentirse como en casa durante las vacaciones —cómodo, seguro, comprensible y, al mismo tiempo, un entorno completamente nuevo— es una increíble sensación de libertad y una nueva calidad de vida.